En odpa tenemos un gran interés en la valoración y promoción de los paisajes endémicos dominicanos y por su flora y fauna que lo conforman, a su vez entendemos los proyectos de arquitectura y paisaje como una gran oportunidad para aportal al equilibrio ecológico del lugar, bajo estas premisas proponemos proyectos de alto valor estético y de caracter contemporaneo de alto valor ecológico.
ESTERO VIVO: Un Nuevo Enfoque de Ecoturismo que Promueve la Biodiversidad e Impulsa el Desarrollo Sostenible de la Costa Norte.
La biodiversidad de la zona costera de Estero Hondo es una de las grandes joyas naturales de la República Dominicana, y su protección es urgente. El Parque Nacional Submarino de Montecristi y el Santuario de Mamíferos Marinos Estero Hondo, áreas protegidas por ley que busca salvaguardar estas costas, albergan ecosistemas clave como manglares, saladares costero-tropicales, humedales, maniguas, praderas marinas, bosques secos y arrecifes de coral. Además, cuentan con más de 1.9 km² de estero, un hábitat esencial para la supervivencia del manatí (Trichechus manatus), una especie en peligro de extinción. Estos ecosistemas son vitales para la vida marina, pero también extremadamente vulnerables al cambio climático y al crecimiento poblacional en las costas dominicanas. La combinación de estos hábitats es única en el mundo, lo que subraya la importancia de proteger y valorar este patrimonio natural.
El crecimiento descontrolado del turismo masivo hacia Cayo Arena, junto con la falta de conocimiento y valoración comunitaria de los tesoros naturales de la zona, ponen en grave peligro esta biodiversidad tan singular. Este proyecto busca establecer una relación armónica entre el entorno natural, los residentes y los visitantes de la zona, promoviendo el respeto por la naturaleza del sitio, así como el crecimiento económico y cultural de las personas que viven en Estero Hondo y del país en general.
Para comprender el sitio en profundidad, se realizó un análisis exhaustivo que incluyó la caracterización del paisaje, la cartografía del territorio y el estudio de las dinámicas naturales, así como de la cultura, la economía y la fauna de la región. El diagnóstico reveló desafíos ambientales claves, como la degradación de ecotonos en el bosque seco, la erosión de riberas, y la amenaza a los saladares y praderas marinas debido a la expansión de infraestructuras, y el avance indiscriminado de la ganadería. También se destacó la importancia de los ríos Solimán, Encantamiento, La Jaiba, Ciénega, Los Pilones y Caño Miguel como canales de transporte de sedimentos y contaminación hacia el estero, provenientes de fincas ganaderas y de las aguas residuales de Estero Hondo y pueblos cercanos, que carecen de sistemas de tratamiento de aguas negras. Además, se identificó la sobreexplotación turística en Playa La Ensenada y Cayo Arena.
Este análisis exhaustivo y holístico dio lugar a la elaboración de un plan maestro que propone un plan de ordenamiento territorial y de uso del suelo, un plan de recuperación del bosque seco y protección de hábitats, y el diseño de técnicas de bioingeniería para la retención de sedimentos y protección de riberas. También incluye la restauración de Playa La Ensenada, la revalorización y recuperación de maniguas y humedales, así como la mejora de los drenajes pluviales en las comunidades y fincas dentro de la zona de amortiguamiento del área protegida. Además, contempla la restauración y revalorización de saladares y manglares y un plan para la conservación de las praderas marinas.
El plan maestro también contempla intervenciones arquitectónicas, como centros de visitantes, caminos que delimitan el ecotono del estero y sirven para la interpretación de los distintos ecosistemas puestos en valor, un observatorio de aves, zonas de amortiguamiento y áreas de camping.
Este proyecto busca desarrollar la zona de manera sostenible y ecológica, promoviendo la coexistencia entre la conservación de la biodiversidad y el turismo. Es crucial destacar el valor de estos ecosistemas, que albergan más de 400 especies de fauna y 60 de flora, y cuya interdependencia simbiótica sostiene la biodiversidad dominicana. Ignorar esta problemática sin un enfoque holístico podría resultar en la pérdida de recursos naturales invaluables, esenciales para proteger nuestras costas contra la erosión, proporcionar hábitats críticos para numerosas especies marinas y preservar su valor cultural y patrimonial.