Cristobal Valdez

Cristobal Váldez
«Visiones Urbanas del Gran Santo Domingo», es una reflexión profunda sobre la planificación urbana y los desafíos que enfrenta esta metrópoli capital de la República Dominicana. El autor aborda el impacto del crecimiento desorganizado y acelerado de Santo Domingo, que es acentuado por la crisis de salud global que trajo el Coronavirus. El libro se compone de dos partes esenciales: un prólogo y una introducción, seguidos de un detallado análisis de proyectos urbanos desde 1975 hasta el presente que pudieron ser pero que por alguna razón u otra no llegaron a materializarse.
El prólogo incia con comentarios en tono crítico sobre las deficiencias en la coordinación entre técnicos y políticos en el país. Valdez sugiere que muchos proyectos prometedores no se llevaron a cabo, lo que ha limitado el desarrollo de Santo Domingo en ser una ciudad de calidad internacional. La pandemia, según el autor, ha revelado la realidad de un entorno urbano cargado de inequidades, donde la falta de atención a infraestructuras fundamentales ha exacerbado problemas existentes, como la escasez de agua potable y la mala gestión de residuos.
La introducción, por su parte, brinda un contexto histórico y social resumido, señalando que la metrópoli ha sido un receptáculo de varias migraciones, lo que ha se ha reflejado en el tejido urbano. Valdez apunta sobre el desequilibrio regional, donde la concentración excesiva actividad económica y de población en el área metropolitana ha provocado la marginación del resto del país. A partir de esta reflexión y análisis, se proponen proyectos estratégicos para mejorar el urbanismo y la calidad de vida de los ciudadanos de Santo Domingo.
En la parte central del libro, Valdez presenta un conjunto de proyectos e intervenciones urbanas diseñadas para abordar problemas estructurales en la ciudad, como la creación de espacios públicos adecuados, la descentralización de servicios, y la integración de comunidades marginadas. Valdez discute la importancia de una gestión participativa, donde la inclusión de la población en la toma de decisiones sea crucial. En su visión de futuro, menciona que la ciudad debe estar diseñada para las personas, fomentando el desarrollo de áreas compactas y conectadas.
El autor incluye ejemplos concretos de proyectos que podrían haber cambiado el rostro de la metrópoli si se hubiesen realizado, como la distribución equitativa de centros de salud y educativos que reducirían la presión de movilidad hacia el centro. Además, propone un enfoque hacia la sostenibilidad, enfatizando el rescate de espacios naturales y la lucha contra la contaminación.
La obra termina con una visión optimista de un Santo Domingo transformado, donde la planificación meticulosa y la colaboración de diversos sectores pueden dar lugar a una ciudad más organizada, equitativa y habitable. Valdez concluye que, si bien los problemas son complejos, la respuesta es la gestión colaborativa y la voluntad política de hacer de la ciudad un lugar mejor para todos.
En resumen, «Visiones Urbanas del Gran Santo Domingo» es un llamado urgente a la acción y la reflexión sobre la planificación urbana en Santo Domingo, destacando el potencial de la colaboración ciudadana y profesional para mejorar la vida de sus habitantes.

