La casa está ubicada en Casa de Campo, La Romana, República Dominicana El encargo de los clientes extranjeros fue de hacer un refugio tropical para su familia y sus invitados. Este proyecto usa como referencia las primeras casas de Casa de Campo diseñadas por el arquitecto Bill Cox, que se caracterizaban por su ingenioso uso de la madera y su adaptación al cálido clima dominicano.
Uno de los aspectos más destacados de esta casa es su fachada, que presenta brise soleils que filtran la luz del sol del sur durante el día y crean un efecto de lámpara por la noche, proyectando luz hacia el exterior. Añadiendo belleza y misterio a la casa.
El proyecto se organiza en distintos pabellones que rodean una gran piscina, que se convierte en el elemento central de la composición. Al ingresar a la casa a través del pabellón principal, se encuentra una espaciosa sala de estar con una apertura de diez metros que da hacia la piscina y el campo de golf. Esta apertura sin puertas crea una transición fluida entre el interior y el exterior, permitiendo al usuario disfrutar de las impresionantes vistas y la brisa tropical en todo momento. Cada dormitorio tiene su propio patio privado, lo que permite a los invitados sentirse inmersos en su propio mundo, conectados con la naturaleza que los rodea.
La casa pretende desdibujar los límites entre el interior y el exterior. La naturaleza y la luz se filtran en cada espacio de la casa, creando una sensación de serenidad y conexión con el entorno natural.