Egresado de la UASD, con más de 15 años de experiencia combinando servicio público y práctica privada. Posee una Maestría en Diseño Arquitectónico de la Universidad de A Coruña y la PUCMM. Líder de proyectos como ParqueaT RD. Contribuyó al desarrollo de estancias infantiles en todo el país. Premiado en la Bienal de Arquitectura (2010) y ANJE (2015), fue reconocido por su impacto, empoderamiento y trayectoria en el servicio público (MAP 2017). Fiel creyente cristiano, casado y padre de dos hijos.
El Centro de Rehabilitación y Fisioterapia Getwell en San Pedro de Macorís se presenta como una alternativa efectiva para atender las necesidades de salud de la comunidad local, brindando una atención integral y de calidad en un ambiente acogedor y familiar.
La idea del proyecto es crear un espacio de salud cercano al usuario, donde se promueva una atmósfera familiar y acogedora. Este lugar se convierte en testigo y colaborador de las terapias, ofreciendo confianza y apoyo a los pacientes en su proceso de recuperación, además de ser accesible para todos.
Una imagen adecuada al contexto
Una antigua casa situada en el perímetro del casco histórico de San Pedro de Macorís sirve como punto de partida para el proyecto de remodelación. La ubicación plantea un desafío adicional debido a la riqueza cultural del entorno y los lineamientos municipales relacionados con la conservación, los cuales se han incorporado al diseño.
La respuesta arquitectónica consiste en bloques suspendidos que evocan grandes piedras, con geometría definida y sin accesorios superficiales. La columna de hierro negro de la casa original se convierte en un elemento de diálogo interesante, complementado por otras cinco columnas delgadas de expresión más contemporánea. La forma compacta de los volúmenes del edificio aporta seguridad y austeridad, mientras que su geometría simple y delicada crea una imagen corporativa potente y reconocible.
En el interior, y visto desde el patio, el proyecto adopta un enfoque más pintoresco, manteniendo la imagen de la casa original con techos inclinados tipo bermuda. De este modo, se fusionan una fuerte imagen institucional hacia la calle con la calidez doméstica de un hogar en el patio.
Valorar lo que el lugar nos ofrece
El proyecto aprovecha todos los recursos disponibles en el lugar, sin discriminar ningún elemento de la casa original. Se conserva el 90% de sus muros, realizando demoliciones solo en lo estrictamente necesario para cumplir con el nuevo programa de áreas, que incluye oficinas, recepción, sala de espera, consultorios, dos salas de tratamiento, gimnasio, taller de prótesis, almacén, cocina y baños. Un 70% del piso original se reutiliza, retirando solo perímetro y zócalos para nuevas instalaciones eléctricas y sanitarias. Este se sustituye por un piso de hormigón vaciado artesanal, rematado con nuevos formatos de cerámica. La herrería de las contraventanas y las rejas frontales se reutiliza en paneles tipo sándwich, delineando la fachada y creando un espacio seguro sin necesidad de verja frontal.
Espacios interiores familiares que causan curiosidad
En Getwell se busca ofrecer un espacio cálido y acogedor para que los pacientes se sientan como en casa, alejándose del ambiente frío y deshumanizado que a menudo se asocia con hospitales y clínicas. Los materiales utilizados en la remodelación son comunes en muchas de las casas tradicionales del pais como la madera de pino tratada y los pisos de hormigón artesanal. La madera se emplea en remates de huecos, elementos de seguridad y mobiliario, en diversas formas, al natural y quemada, brindando un aspecto rústico y familiar al espacio.
Esta familiaridad, generada a través de elementos cotidianos, fomenta la confianza en los pacientes y crea un vínculo que acompaña el proceso de terapia. Así, se inspira a las personas a superar sus problemas de movilidad, con la idea de que, si se logró la renovación de una antigua casa en el casco histórico de San Pedro, también es posible la restauración de miembros afectados por diversos traumas. Todo esto se realiza garantizando un lugar accesible y sin barreras arquitectónicas, especialmente en los baños y en las texturas y acabados de los pisos.
Una propuesta de paisaje singular
A los 235.60 m² de edificación se suma un patio de aproximadamente 400 m², que aporta un valor añadido al entorno. En este espacio se ha implantado un jardín con más de 20 especies de plantas que complementan el longevo arbolado existente, enriqueciendo la experiencia del paciente. El contacto con la naturaleza se convierte en una herramienta valiosa para apoyar los procesos terapéuticos, que requieren paciencia y trabajo constante. La sensación de estar al aire libre, bajo la luz del sol y rodeado de los sonidos de la naturaleza, puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo de las personas, reducir el estrés y aumentar su bienestar.
Este patio-jardín también ha sido concebido como un elemento articulador para futuras expansiones, ofreciendo vistas desde el gimnasio y convirtiéndolo en un espacio más atractivo y motivador para la realización de ejercicios y terapias.
Impacto social
La construcción de este centro supuso el empleo de mano de obra local en el 90% de las tareas, contribuyendo al desarrollo económico de la zona. Al utilizar materiales sencillos y asequibles, respetando la arquitectura tradicional, se ha promovido la preservación del patrimonio cultural y arquitectónico del casco histórico de San Pedro de Macorís. El proyecto se ha convertido en un referente para académicos y estudiantes de arquitectura locales, y un orgullo para la comunidad, demostrando que es posible combinar modernidad e innovación con respeto por la historia, las tradiciones y el medio ambiente.