Alex Martínez Suárez es un arquitecto, investigador y curador dominicano. Tiene una maestría en Arquitectura Avanzada del Instituto Berlage en los Países Bajos y un posgrado en Estudio de Museos de la Universidad de Harvard. Es director de Archipiélago.
Otniel de Moya es un arquitecto paisajista graduado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra en Santiago con una maestría en Paisajismo de la Universidad Politécnica de Cataluña, España. Es director de ODPA.
Pabellón de Helechos María Asensio Vda. León, Jardín Botánico Nacional
En 1980, la Fundación Eduardo León Jimenes patrocinó el Pabellón de Helechos y fue dedicado a doña Mayún, como la llamaban cariñosamente. En 2003 se trasladó y mejoró su ubicación. En 2023, la Fundación asumió el desafío de renovar y modernizar el jardín para hacerlo inclusivo, didáctico y tecnológicamente avanzado. El proyecto integral incluyó no solo el remozamiento de la infraestructura física sino también un proyecto expositivo «El hecho de ser helecho».
El proyecto de remozamiento se llevó a cabo con una dupla conformada por un arquitecto y arquitecto paisajista quienes llevaron a la Fundación Eduardo León Jiménez un plan maestro ambicioso que iba más allá del encargo inicial de renovar el gazebo para habilitarlo nuevamente para eventos. La coherencia y lo impresionante de la propuesta logró el total apoyo de la Fundación y también del Jardín Botánico. El equipo creativo se completó con una curadora, quien estuvo a cargo del concepto, la investigación y los textos de la exposición y trabajó muy de cerca con una diseñadora visual, sobre quien recayó el diseño de la expografía y la traducción visual de toda la señalética del recinto.
La colaboración del Jardín Botánico Nacional fue imprescindible para el éxito de esta obra: la dirección, el Voluntariado del Jardín Botánico Nacional, el departamento de Horticultura, y el departamento de Botánica.
El remozamiento incluyó cambios en el pabellón de eventos. Ahora ampliado, se divide en dos grandes zonas a cada lado del muro curvo —esbozado por Benjamín Paiewonsky en la propuesta original—: el área de eventos y el área de exposición.
El nuevo salón de eventos consiste en una estructura metálica cobijada bajo canas amarradas a correas de bambú, en una planta de forma ovalada cuyo centro se desplaza para dar forma a un bohío asimétrico con apariencia contemporánea. Adosadas al salón se incluyen dos áreas de servicio para el manejo de alimentos y bebidas, entre otros usos. La entradas del pabellón de eventos se han mejorado para hacerlas accesibles a todos. Se ha realizado una contribución adicional a este espacio en cuanto a función y sensación mediante la construcción de un muro de ladrillos en la entrada al área de eventos. Este muro tiene la función de guiar al público y proporcionar privacidad a las dos áreas de servicio. Aquí también se encuentra una instalación titulada Gente Espora, que sirve además para tomarse fotografías como recuerdo de la visita, justo al terminar el recorrido didáctico.
El uso del ladrillo mediante diversos patrones de calados no solo integra el concepto general del pabellón y crea un fondo rojo que contrasta con el verde del parque, sino también rinde homenaje al diseño original proyectado por el arquitecto Paiewonsky.
Los pisos del pabellón de eventos están elaborados con granito vaciado, con un efecto que combina simplicidad con elegancia. El techo, por su parte, está compuesto por cana y bambú, y se integra de manera armoniosa con el entorno.
Posiblemente el cambio más importante fue el rediseño completo del recorrido para hacerlo más inclusivo y, por ende, accesible a todo tipo de personas: se pusieron rampas y barandas de seguridad, y se mejoraron los accesos, además de crear nuevos espacios destinados a plantaciones y asientos que ofrecen áreas propicias para descansar o compartir. Este nuevo recorrido aprovecha mejor las vistas y perspectivas del entorno y permite descansos en las rampas flotantes que se elevan desde el suelo para apreciar el paisaje: una plantación de helechos como cubierta de suelos, casi formando praderas, junto con árboles entre los que se destaca el almácigo. Los baños fueron remozados para promover la inclusividad.
El remozado paisajismo incluye cambios del diseño de la plantación, espacios de cultivo y jardineras, mejoras de los sustratos de crecimiento de las plantas, sistema de riego y elementos de agua, acondicionamiento de la estructura de los umbráculos de forma circular, aumento del número de especies exhibidas, y experiencia didáctica y musical añadida a la exhibición de las plantas.
El paisajismo presenta dos esquemas de diseño de la plantación: en los dos umbráculos circulares, un estanque central rodeado de diferentes especies de helechos, piedras y cubierta de suelo de orejita de ratón (Pilea), y las jardineras con una sola especie plantada de forma masiva, o sea, muchas plantas. Las piedras no solo son elementos que contribuyen a la sensación de naturaleza, también son muy beneficiosas en el cultivo de helechos ya que las raíces de estas plantas encuentran humedad y nutrientes bajo las piedras, donde se forma un micro-ecosistema que favorece la descomposición y la liberación de moléculas asimilables por las plantas como nutrientes.
Las jardineras están recubiertas de piedra y cada especie tiene su debida identificación. Las jardineras con agua y helechos acuáticos resultan ser una sorpresa para la mayoría.
La presencia de elementos de agua como estanques es importantísima para el buen crecimiento de los helechos, ya que evolucionaron y surgieron en una época en que la Tierra era más cálida y húmeda. No se trata solo de agua de riego, sino también de humedad ambiental que estos elementos de agua proveen. En el Pabellón de Helechos María Asensio Vda. León los helechos gozan de la presencia del agua y también el visitante, que se deleita con el cantar del agua cuando corre y el efecto relajante que producen los cursos de agua.
Una importante contribución de la renovación de este jardín es el aumento de especies exhibidas, que ahora superan las 30 variedades. Cada una cuenta con su correspondiente etiqueta y esto nos lleva a notar que el nuevo recorrido tiene un fuerte componente didáctico y ambiental. Se trata de “El Hecho de ser Helecho, la exposición donde comienza a develarse el recorrido didáctico de este pabellón de Helechos. Doce son las estaciones que contiene, cada una con letreros informativos escritos en un lenguaje sencillo pero ingenioso y reflexivo. Estos letreros logran apelar a nuestra sensibilidad a través del asombro y la curiosidad.